Me encantó. Lo traje en un viaje que hice a Talca y luego a Temuco y lo he disfrutado muchísimo. Comienza con una pregunta sencilla y no por ello fácil de responder. ¿Qué merece la pena aprender en la escuela? Y para uno que ya está más viejo no es una pregunta trivial, ya que muchas cosas que se aprenden en el colegio a estas alturas de la vida parecen no haber servido para nada y posiblemente otras que se tocaron de manera marginal han resultado de la máxima importancia. Y creo que la pregunta no vale solo para la época escolar también vale para la formación universitaria.
Además esta pregunta que hace Perkins nos obliga a reflexionar sobre lo importante en educación, algo que hoy entre los intereses creados de quienes quieran que todo siga igual y las rutinas establecidas por años en educación puede no ser una empresa fácil. Y, cita por ejemplo las ecuaciones de segundo grado, ¿por qué deberían aprenderse si, para la mayor parte de las personas, en su vida cotidiana, no tienen ninguna utilidad, incluyéndome? ¿Por qué no debiera dársele más importancia a las probabilidades o al cálculo de porcentajes, de mucho mayor uso y valor en cuanto a decisiones cotidianas?
La gracia de la pregunta es que no tiene una respuesta única, una respuesta definitiva, entre otras cosas porque el futuro es completamente incierto y pronosticarlo un ejercicio que puede no servir para nada. Por ello el valor de la pregunta es la reflexión que dispara y las conversaciones que genera y si no tenemos respuesta mucho mejor, pues nos obliga a inventar una respuesta completamente nueva.
La pregunta ¿por qué tenemos que aprender esto?, tan habitual entre los estudiantes no tiene una respuesta fácil para el profesor, ya que nos desafía a fundamentar desde alguna parte la importancia de lo que enseñamos y, la verdad sea dicha, para muchos profesores, a veces tampoco tiene una buena respuesta: porque está en el programa, porque así se ha hecho siempre, porque a lo mejor le va a servir en algún momento de la vida, o, lo que es muy triste, muchas veces reconocer que el estudiante tiene razón y la verdad es que no sirve para nada, lo que nos confronta con el sentido de lo que hacemos. Hoy más que nunca creo que es una pregunta legítima de parte de los estudiantes y de parte de las familias y tanto profesores como institución escolar debieran tener mejores respuestas.
Según yo entiendo las ideas de Perkins en ningún minuto cuestiona las disciplinas tradicionales sino que aboga por una renovación, por un “muestreo inteligente” respecto de la selección de aquello que debe enseñarse y su integración con temas transversales que no son propios de una disciplina en particular o son propios de interdisciplinas como se desarrollan hoy.
El concepto de “muestreo inteligente” lo repite mucho en el libro como un buen criterio a tener en cuenta para escoger que enseñar. Se basa en los profesores de literatura, quienes para enseñar una época, corriente o autores tienen que escoger unos y desechar otros. Esto puede ir cambiando con el tiempo, puede cambiar con la preparación de los alumnos y otros criterios, lo importante es escoger aquello que resulta relevante enseñar y aprender.
A partir de ello se enfoca en tres temas: definir los grandes temas de comprensión, establecer que son grandes preguntas y elegir las grandes destrezas.
1 Grandes temas de comprensión: Me gusta cuando dice que se deben aprender “temas grandes” de comprensión, relacionados con el mundo en el que vivimos y el modo en que lo hacemos. No sirven para ser ni expertos ni especialistas en algo, lo que puede ser innecesario, pero generan lo que llama “amauterismo experto”, con lo que entiendo que se refiere a tener recursos para arreglárselas en la vida en distintos temas relevantes.
Los grandes temas lo son en cuatro sentidos:
Grandes en información: comprenderlos ayuda a desvelar el funcionamiento de nuestro mundo físico, social y artístico y también el de otros mundos.
Grandes en actos: comprenderlos nos proporciona el poder para actuar con eficacia desde diferentes puntos de vista: profesional social, político, etc.
Grandes en ética: comprenderlos nos empuja hacia formas de pensar y conductas más éticas, humanas y comprometidas.
Grandes en oportunidad: hay muchas probabilidades de que algunos de estos temas se comprenden en momentos claves y en muy diversas circunstancias.
2 Grandes preguntas: Cita a Jared Diamond, quien en su libro Armas gérmenes y acero, cita a Yali (nativo de Nueva Guinea) quien le pregunta ¿por qué los occidentales llevan tanta carga y nosotros tan poca?, lo que lo obliga a reflexionar y teorizar respecto de cómo se desarrolló la civilización en Asia y Europa a partir de ciertas condiciones más que una superioridad innata. Estamos llenos de grandes preguntas, entonces, por qué no comenzar la educación desde allí, desde preguntas valiosas para la vida que tendrán los estudiantes.
Las grandes preguntas aluden a temas sobre la humanidad, el mundo y el universo. Las grandes preguntas encuentran significado en casi todos los contextos, ya sean preguntas por qué, o cómo, o que hay ahí o cuándo, etc.
Me gusta lo que dice Perkins “conocer una pregunta importante, mantenerla viva en la mente y desarrollar la habilidad de planteársela es poseer una especie de pasión y poder para moverse por el mundo. Aunque estamos profundamente condicionados para pensar que lo que aprendemos son respuestas, las grandes preguntas son algo que merece la pena aprender”.
3 Grandes destrezas: Ya comenzamos a adentrarnos en el siglo XXI por lo que el autor se pregunta, más allá de contenidos que aprender, cuales son las destrezas que se requiere aprender. Son muchas las destrezas que los expertos seleccionan y cita varios modelos al respecto. Nuestros hijos no necesitan solo aprender contenidos sino que requieren habilidades o competencias y es muy importante identificarlas para que las aprendan.
He escrito sobre este tema en mi blog a partir del trabajo de Pink o de Gratton y otras reflexiones.
A mero título de ejemplo destaca el marco de referencia europeo que dice: comunicación en lengua materna, comunicación en lenguas extranjeras, competencia matemática y competencia en ciencia y tecnología, competencia digital, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, sentido de iniciativa y espíritu emprendedor conciencia y expresiones culturales. La otra que cita son las 4cs, donde se destaca: comunicación, colaboración, pensamiento crítico y creatividad.
Para cerrar este post, Me gustó muchísimo la humildad con que el autor escribe, deja bien en claro que no tiene las respuestas, que tiene algunas ideas acerca de cómo debe ser la educación pero eso son ideas, reflexiones, preguntas. Concluye con la idea de la sabiduría, que el aprendizaje valioso se acerca a la sabiduría, no es pura información, ni puro conocimiento, sino que es algo más que eso, relacionado con los aspectos pragmáticos de la vida y, al final de cuentas, para qué sirve la educación, no para tener datos, no para tener conocimiento, sino que para ser sabio en la vida.