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Foto del escritorCarlos Díaz Lastreto

Cuarto aniversario del blog


Hombre escribiendo

Por estos días se cumple un nuevo aniversario de este blog. Haber tenido la persistencia y perseverancia de continuarlo me llena de alegría y más aún cuando ha sido un hermoso vehículo para ponerme en contacto con mis amigos, alumnos y ex alumnos, clientes, colegas y personas que trabajan en este campo de RR.HH., do, psicología laboral y coaching.

Como decía en alguna publicación anterior, comenzó como una práctica para “soltar la mano” y atreverme a escribir. También comenzó como un modo de expresar mis pensamientos y sentimientos en un momento en que me sentía muy maltratado laboralmente, con un jefe abusador y la complicidad de compañeros de trabajo que debían cuidarme por ser parte de su equipo y no lo hicieron.

Hoy, ya varios años después siento que he logrado ambos objetivos. Por un lado, miro los primeros artículos y los comparo con los siguientes y veo un avance notorio, en cuanto a claridad de ideas, en cuanto a redacción y, sobre todo, en cuanto a coherencia en los temas de interés. En este sentido el blog me ha servido no sólo para soltar la mano, sino que para soltar la mente.

Y, en cuanto al segundo objetivo, la evaluación también es muy positiva. Aquel jefe maltratador y abusador sigue ahí, haciendo sufrir a todos sus cercanos con su paranoia, su frialdad y su desconexión emocional con las personas. También sigue haciendo sufrir a la organización que ve como su identidad pública se deteriora, como las metas se alcanzan (cuando se alcanzan) con un nivel de sufrimiento importante. Creo que también sufriendo él con una obesidad producto de la ansiedad, desconfianza e hipervigilancia basada en la necesidad de control. En lo que a mi corresponde soltando el resentimiento y valorando lo importante de trabajar en lugares con buen clima laboral, con líderes conectados y competentes.

Bueno, que la pase difícil, cierto. Sin embargo, como dice aquel viejo y sabio dicho “no hay mal que por bien no venga” o “lo que no te mata te fortalece” o algo parecido. Aquí estoy resiliente, más grande, más conectado, con más libertad y entusiasmo aunque con más angustia al tener que generar mis propios proyectos día a día.

Trabajar como consultor independiente no es fácil, supone grandes aprendizajes: la impecabilidad de cumplir proyectos, habilidades para negociar con muchos clientes, destrezas comerciales para vender proyectos, cultivar una identidad pública seria y estar día a día aprendiendo, trabajar en colaboración con socios reales y virtuales por todos lados.

Y aquí estoy, contento, sintiendo que hago un aporte donde voy y que puedo aprender de la experiencia para no cometer los mismos errores o, enfrentado a situaciones parecidas, sentir la libertad de escoger dignidad por sobre “cuidar la pega”. También combatir la soberbia y la arrogancia tan frecuente en nuestro medio.

Agradezco a todos mis amigos, a los que me tienen paciencia con lo que escribo, a los que me quieren y me aguantan en mis reflexiones y, sobre todo, a quienes no conociéndome personalmente me han dado su atención y respeto.

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